Cuenta la mitología griega: En un principio todo era Caos, hasta que los dioses decidieron dar a cada cosa existente su lugar en la tierra, también decidieron crear a los animales y entre ellos a uno que fuera superior: el hombre; esta tarea fue encomendada a Prometeo y su hermano Epimeteo – pertenecientes a una raza de Titanes que habitaron la tierra mucho antes de la creación del hombre-, para ello, Prometeo tomó agua y barro para moldear al hombre a imagen y semejanza de los dioses.
Cuando Prometeo quiso proveer al hombre de dones especiales para hacerlo superior al resto de los animales, se dio cuenta que Epimeteo ya los había agotado todos en la creación de los animales, así que Prometeo subió al Olimpo y ayudado por Atenea robó las semillas de Helios (el Sol) y se las regaló a los hombres. Con el fuego como regalo, los hombres fueron capaces no sólo de alimentarse, sino también de elaborar armas para cazar animales, de fabricar herramientas para trabajar la tierra, de calentarse y de vivir una mejor vida. Cuando Zeus (rey de los dioses del Olimpo) se dio cuenta del robo, montó en cólera y decidió castigar a los Titanes por haber regalado el fuego y a los hombres por haber aceptado el regalo.
De esta manera ordenó a todos los dioses crear a la primera mujer en la tierra y que cada uno de ellos la llenara de virtudes: Hefesto, dios del fuego, la moldeó; Atenea, diosa de la sabiduría, le regaló un cinturón de perlas, un vestido hermoso color púrpura y otras piedras preciosas; Afrodita, le dio la belleza; Apolo, dios de la luz y la verdad, le dio la música; Hermes, dios de las fronteras y los viajeros, le dio el don de la seducción, un carácter voluble y la manipulación; los collares le fueron entregados por Las Gracias y la Persuasión, las Horas coronaron su cabeza con flores.
Pero Pandora fue, también, un arma contra el hombre, pues Zeus quería acabar con él a causa de la desobediencia del titán Prometeo. Así, esta mujer será la encargada de llevar la perdición al hombre, y así se lo hace saber Zeus a Hefesto, el más habilidoso del Olimpo, a fin de que la creara bella, perfecta, en casi todo similar al hombre, pero dotada de capacidad para retrasarle en el trabajo y hacerle olvidar hasta sus pensamientos... Como último regalo, Zeus le entrega a Pandora una caja que no deberá abrir bajo ningún concepto. En ella, sin la mujer saberlo, están encerrados todos los males que destruyen a la raza humana: la enfermedad, la venganza, la ira, el mal del mundo. Y entrega a Pandora como esposa a Epimeteo -llamado "el que reflexiona tarde"-, hermano de Prometeo; este, deslumbrado por la belleza de la mujer, acepta sin dudar el regalo, desoyendo los sabios consejos de su hermano: no aceptar ningún presente que venga de Zeus, por si acaso... Movida por la curiosidad, con el tiempo Pandora no pudo resistirlo y abrió la caja que Zeus le había regalado.
Y en un momento todos los males se repartieron por el mundo, sin poder ser contenidos por las manos de la mujer... Asustada, Pandora cerró la tapa justo cuando el último objeto de la caja iba a salir: la esperanza. Posteriormente, arrepentida y viendo lo que su acción había provocado en la Humanidad, se dedicó a ir ofreciendo a los hombres, uno a uno, la posibilidad de contar con la esperanza, pues ella la tenía -esta vez sí-, bien guardada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario