El ocio

El Teatro 

En su estructura destacaban estas partes:

*La scaena (escena): espacio destinado para la representación. Disponía de un podium o plataforma central elevada que permitía una buena visualización, así como de un frons scaenae (muro o pared) que simulaba la decoración de un palacio y constituía el decorado único para cualquier representación.

*La orchestra (orquesta): lugar designado para los senadores.

*La cavea (gradería): era el espacio destinado al público. Se subdividían en estas zonas: ima cavea (más cercana al escenario), reservada a las autoridades, media cavea, para el público general, y summa cavea (la más alejada), para los libertos. Más atrás aún, el porticus, para los más humildes, las mujeres y los niños; al final, los esclavos.

Representaciones dramáticas populares

-Las atelanas eran representaciones basadas en la improvisación: a partir de una trama dada, los actores iban dialogando sobre temas jocosos y burlescos. Los protagonistas solían ser fijos (Maccus, el glotón; Pappus, el abuelo; Boccus, el bocazas, etc.).

-En los juegos fescenios, los actores, que cubrían sus rostros con máscaras, mantenían dialogos llenos de ironía.

-En las representaciones de mimo, actores y actrices no llevaban máscaras y representaban chanzas, situaciones cómicas.

-En la pantomima solo aparecían en escena un actor que encarnaba los diferentes personajes. Se danzaba y gesticulaba, pero no se hablaba.

La comedia en Roma

Los dos únicos representantes de este género de los que nos han llegado piezas enteras son Plauto y Terencio.

La comedia latina contiene personajes arquetípicos, como la figura del avaro, el del militar fanfarrón, el parásito, el joven atolondrado, la cortesana o la mujer honesta.

La comedia de Plauto se caracteriza por el uso de un lenguaje popular pleno de juegos de palabras. Mientras que Terencio usa un lenguaje más refinado. La temática se apoya en el enredo y en el equívoco, así como en el reconocimiento final de la verdadera identidad de los personajes centrales.


  Plauto                                                         Terencio





El circo

Durante los días festivos, las familias solían asistir a diversos espectáculos, uno de ellos era el circo: 

El circo romano era uno de los espectáculos más famosos, existían fautores (hinchas, seguidores) de cada uno de las cuatro factiones (facciones, bandos), que estaban representadas por un color distinto: albata, la facción de color blanco; veneta, la azul; praesina, la verde; russata, la roja. 

La estrella del espectáculo circense romano era la carrera de carros. estos podían ir tirados por dos caballos (biga), tres caballos (triga) o, lo que era más frecuente, por cuatro caballos (quadriga). El auriga (conductor) iba equipado con un casco, un látigo y una casaca con el color de la facción a la que pertenecía. Dirigía el carro de pie, si bien iba sujeto a él mediante unas correas que, en caso de accidente, cortaba rápidamente con un cuchillo.

 Los gladiadores, verdaderos profesionales de la lucha en el anfiteatro, eran concienzudamente entrenados en escuelas especializadas por lanistas. Y es que crear buenos gladiadores era un negocio productivo, pues podía aportar mucho dinero a través de las apuestas. Entre los gladiadores romanos había diferentes categorías: los secutores (ligeramente armados con un casco con visera, un escudo y una espada, se distinguían por sus movimientos ágiles y rápidos en el ataque); los retiarii (iban sin casco, armados con un tridente y una red con plomos colgantes, y un gran brazalete que protegía su brazo izquierdo); los essedarii (combatientes en carro tirado por caballos); los laquearii (armados con un lazo que servía para atrapar por las piernas al adversario y derrumbarlo), y los tracios, samnitas, galos, mirmillones... (diferentes tipos de gladiadores provistos de armas como casco, coraza, escudo, espada y puñal). La decisión final sobre la vida o la muerte de un gladiador estaba en manos del público: si este dirigía el pulgar de su mano hacia abajo, significaba la muerte. No en vano, la entrada triunfal de los gladiadores en el anfiteatro finalizaba con el saludo Ave, Caesar, morituri te salutant!