El ientaculum (desayuno): era muy variado, dependía de los gustos personales. Podía consistir en un poco de pan y queso, o una tostada de pan untada con ajo, aceite y sal; bizcochos con vino...
El prandium (almuerzo): Alrededor de las doce tomaban un tentempié, llamado así porque se tomaba de pie. Podía consistir en un poco de pan, carne fría o fiambres, o incluso las sobras de la cena anterior.
La merenda (merienda): Muy parecida al almuerzo; o fruta y un poco de vino caliente con miel.
La cena: Era la comida más importante del día; se iniciaba sobre las tres o las cuatro y se podía prolongar durante la noche. Constaba de:
-Gustatio (entrantes o aperitivo): entremeses, ensalada, huevo...
-Prima mensa (plato principal): carne, pescado o marisco.
-Secunda mensa (postres): frutas frescas o confitadas, pastelillos, frutos secos...
El aseo
El aseo diario era muy simple, no obstante, cada ocho días y por la tarde, los romanos iban a las termae, un lugar público dedicado a los baños, al ocio y al deporte, pues algunas dependencias adjuntas eran la palaestra (gimnasio) y las tabernae (tiendas de víveres y bebidas).
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